Los llamados estudiantes "manos blancas" aparecen de nuevo en la pantalla, y no es casualidad que lo hagan en un año electoral. Ya presenciamos su aparición en el 2007, con la medida del gobierno de no renovar la concesión a RCTV. Hoy no dicen: “Chávez vete ya”; se insertan en el ánimo deportivo del momento y le dicen al presidente: "¡Un, dos, tres, tas’ ponchao!" Siguen bombardeando a la población con matrices de información generadas por las empresas privadas de comunicación para desestabilizar, confundir y crear miedo en la población; exacerbando el odio en las filas de la oposición.
Recordemos que ellos responden a los intereses de la oligarquía, que son los que aprobaron el paquete de medidas neoliberales en 1989; los que suspendieron las garantías constitucionales y asesinaron al pueblo cuando salió a reclamar sus derechos; los que privatizaron la mayoría de nuestras empresas; los que desangraron a nuestro país entregando sus recursos y riquezas al mejor postor; los que causaron una drástica devaluación de la moneda en los 90. No olvidemos nunca que asesinaron a cientos de estudiantes que lucharon por la aprobación del pasaje estudiantil, allanaron y cerraron universidades en los 70 y 80 y, recientemente, son los responsables de la muerte del compañero Yorsiño Carrillo de 16 de años de edad, en la ciudad de Mérida, asesinado con una bala en el pecho, posiblemente de un francotirador.
El movimiento estudiantil no está compuesto únicamente por los estudiantes universitarios, se trata de la juventud trabajadora, campesina y obrera. Son nuestras voces las que están llamadas a alzarse por la construcción de este proceso que llamamos Revolución Bolivariana y que hemos orientado hacia el Socialismo; no las de los hijos de la oligarquía que históricamente han velado por intereses particulares, siempre de espaldas al pueblo.
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